Realizado por l@s alumn@s de 4º de Diversificación junto con su profesora Elvira Gonzalez, en marzo.
Era mitad de mañana y estábamos en la cafetería del edificio Caixa Forum contemplando la ciudad. Nos esperaban tres lugares ocultos de Zaragoza que tantas veces hemos visto al pasar. La actividad consistía en explicar a nuestros compañeros la historia de esos lugares, que habíamos investigado previamente.
Desde la misma acera del museo llegamos hasta Averly. Steven, Alejandro y Marcos explicaron que la fábrica era una Fundición del siglo XIX, construida hace 150 años por un empresario francés. Hoy sus descendientes han vendido los terrenos a una constructora.
Hubo y todavía hay polémicas. El lugar tiene gran valor como patrimonio cultural e histórico, pero los compradores quieren hacer 200 pisos de lujo. Los terrenos están en una muy buena zona, cerca de la plaza de Toros; por eso la constructora derrumbó la parte que hubiera sido declarada patrimonio protegido cuando aún estaba por dictarse la sentencia del juez.
Averly tenía dos partes, la fábrica y la casa, a la izquierda, donde vivían los dueños. En Averly se fundieron por ejemplo, la fuente de la Samaritana de la Pza. del Justicia, el monumento al Justiciazgo de la plaza Aragón, el León del Batallador… además de farolas, fuentes y otros elementos urbanos. Hoy Averly se encuentra abandonada y en su interior alberga la maquinaria y los moldes de las obras que allí se fabricaron.
El segundo lugar que visitamos tras haber pasado por Averly fue el Edificio Pignatelli, llamado ‘Hogar Pignatelli. Santy, Haja y Víctor nos explicaron la historia de este gran edifico de estilo neoclásico de la ilustración aragonesa, que fue construido en el siglo XVIII como Casa de Misericordia para mendigos. Posteriormente se convirtió en Hospital Real y durante la Guerra de Independencia, Hospital Militar. Ya en el S. XX fue usado como Casa Hospicio para huérfanos y lugar donde estos aprendían un oficio. Los alumnos hacían largas jornadas de trabajo y solo tenían descanso para comer.
El Hogar Pignatelli constaba de varias partes: una capilla que actualmente se utiliza para eventos culturales y tres patios con jardines y fuentes. En los años 70 se ubicó aquí el Instituto Ramón Pignatelli, hasta su traslado a donde hoy está. Actualmente es la sede del Gobierno de Aragón, donde más de 2000 políticos y funcionarios trabajan y toman decisiones.
Avanzando en esa misma acera, paramos frente al Museo Pablo Serrano, donde los compañeros Alex, Danny y Kevin explicaron su historia. A comienzos del siglo XX un edificio de dos plantas fue construido como talleres, precisamente, del Hogar Pignatelli. Allí jóvenes huérfanos o con pocos recursos aprendían y fabricaban sus propios textiles, y también objetos de herrería, hojalatería, carpintería, etc. El edificio ha sido renovado superponiendo diferentes estructuras más modernas a la original.
Una vez dentro subimos a la segunda planta y recorrimos la exposición de esculturas llamada «Bóvedas Humanas». Después de haberlas observado, cada uno de nosotros intentaba encontrar sentido a cada figura, extraña y grotesca. Se trata de escultura de vanguardia de la segunda mitad del siglo XX. Al final del recorrido encontramos una cabeza de bronce de Antonio Machado, hecha por Pablo Serrano un año antes de morir. Probablemente esta fuera la última obra.
Bajamos a la primera planta y pudimos ver otra exposición, esta de un artista de diseño gráfico, Manuel Estrada, diseñador de numerosas portadas de libros. Pero tenía una instalación que destacaba más; un árbol hecho de hojas de papel en blanco suspendidas en el aire, y esparcidos por el suelo lápices rojos caídos bajo las hojas.