Historia del barrio



Este sector, es el más populoso de la ciudad y en él residen el 20% de sus habitantes. Se extiende al suroeste de la misma, enmarcado por la carretera de Logroño, Avenida de Valencia, el ferrocarril y la Vía de la Hispanidad. La antigüedad y diversidad de orígenes, permiten diferenciar los siguientes barrios :

  • Delicias-Estación (polígono 19). Su origen se remonta a la implantación del ferrocarril con sus estaciones respectivas: Campo Sepulcro (hoy del Portillo) (1861) y Cariñena (1887).Entre ellas aparece a modo de ciudad-jardín, un barrio de estación a principios de siglo, en el que se asientan también importantes industrias.
  • Delicias propiamente dicho (Polígonos, 20, 21, 22, 42). Constituye el núcleo central y es el más amplio y populoso. Sus orígenes se atribuyen a la aparición de «Las Delicias» como barrio particular a principios de siglo y que por extensión, se ha aplicado a toda la zona.
  • Ciudad Jardín (Polígono 24) y barrio de Salamanca (Polígono 25). Tienen un origen y desarrollo posterior. Aparecen como un ensanche ordenado de la ciudad, tras la promulgación del Estatuto Municipal de 1924.
  • La Bozada (Polígono 23). Con un carácter marcadamente rural, surge en los años 30, sobre los campos de Gutiérrez. En la actualidad se asiste a su consolidación y ocupación definitiva, con el levantamiento de bloques que flanquean al núcleo original.
  • La Bombarda y Monsalud (Polígono 40) .Es el conjunto que en los últimos años ha experimentado una mutación más profunda, porque en 1970, ni La Bombarda estaba ocupada, ni el parque tenía el carácter de tal, ni se habían levantado los grandes bloques de Monsalud y los que orlan la Avda. de Navarra. Si en 1961 se aprobaba el Plan Parcial de Monsalud, configurándolo con bajas edificaciones y abundantes zonas verdes, en la realidad actual, esas zonas se han reducido y son numerosas las torres que alcanzan las 10 alturas.

A grandes rasgos, el conjunto de Delicias constituye un gran barrio surgido al margen de la planificación municipal y sobre un espacio que a principios de siglo se fragmentaba en numerosas fincas de distintas dimensiones dedicadas en su mayor parte a la huerta, cereal, vid y olivos. Se hallaban atravesadas, como ejes estructurantes, por las carreteras de Madrid y Navarra, además de otros caminos de menor importancia (Terminillo, Mosquetera, Manicomio…) y surcadas por una compleja red de acequias de distintas categorías que aun discurren hoy bajo los edificios , forzando en su momento el trazado de algunas calles. Entre todas ellas destaca la de la Romareda, de la que se deriva la del Portazgo y de ésta la de la Misericordia, con sus correspondientes hijuelas, como la de la Bombarda, que con un sinuoso trazado, bordeaba la finca de Palomar.

En el Plano General y Parcelario de Casañal de 1889, apenas si aparecen edificaciones (Manicomio, fábrica de sombreros junto al camino de La Mosquetera, Hospital de coléricos, tejería de Marco y algunas vaquerías), sin embargo, en el de 1908, del mismo autor, ya se observa un pequeño núcleo de casas que recibe el nombre de barrio de La Explanada, atravesadas por la calle de Alfonso XIII (hoy Padre Manjón). Por esta época, un promotor zaragozano adquiere una serie de fincas que parcela posteriormente, dando al conjunto la denominación de «Parcelación Delicias», origen de un núcleo de población que en 1920 tenía como límites, las calles de : Navas de Tolosa al E, Delicias al W. Carretera de Madrid al N. y Camino de la Mosquetera, al Sur, no tan definido. Al tratarse de actuaciones sobre amplios espacios, se logró una cierta regularidad en la disposición de los edificios.

Posteriormente, los beneficios fáciles y la gran demanda de suelo, atraen a numerosos promotores que adquieren y parcelan fincas de dimensiones más reducidas, cuyos límites fijan el trazado de las calles y son la causa del desorden actual en el flanco occidental del núcleo primitivo, ocupado sin un plan preconcebido.

Durante muchos años y desde su origen, este barrio fue una urbanización privada , independiente del Ayuntamiento y con unas construcciones anárquicas y rudimentarias, en las que sus habitantes mantenían una vida semejante a la del núcleo rural del que habían emigrado ; con sus pequeñas huertas, animales domésticos y gran convivencia vecinal.

En 1930 albergaba ya más de 20.000 habitantes y aunque enlazaba con la ciudad desde 1917 con el tranvía nº. 3 y desde 1933 por la ampliación de la linea de tranvías Venecia-Delicias, además de la línea de trolebuses a Terminillo y la de tranvías a Oliver y al Portazgo de San Lamberto, seguía separado de ésta por las vías del ferrocarril y un cruce, que por su peligrosidad y víctimas fue bautizado popularmente como «el paso de la muerte», hasta que en 1956 se inauguró el paso subterráneo o paso a nivel, con amplias aceras para los peatones.

Al finalizar la década de los 30 ( en 1936 cuenta con 35.000 h.), las Delicias se encuentra consolidado como un espacio preferentemente residencial con marcado carácter de dormitorio, pero salpicado por pequeñas industrias o talleres familiares que se irán incrementando en los años siguientes continuando la tradición de un barrio cuya componente industrial se localizó en el ángulo EN, donde se implantó la mayor industria de la ciudad, «Carde y Escoriaza» de material móvil, ligada al ferrocarril ( se fundó en 1894 y a finales de los 20, daba empleo a 1000 obreros) y complementada en 1939 por la industria del caucho, «Criado y Lorenzo», ubicada en el ángulo SW., promotora de una parcelación para sus operarios. A éstas se unieron, fuera del barrio, pero en sus inmediaciones, la «Industrial Química» y «Tudor», como centros de trabajo más usuales, para los residentes de un área que progresivamente se iba congestionando.

En la década de los 40 se asiste a la implantación de la Ciudad-Jardín, al auge del barrio de Salamanca , a la renovación de las primeras parcelas, apoyadas en las ordenanzas de edificación de 1939 (con un continuo aumento de volumen y por tanto con mayor capacidad de población) y a la progresiva consolidación del núcleo de la Bozada, aprobándose así mismo la «Parcelación Vicente» y los proyectos de la Obra Sindical del Hogar, «Alférez Rojas» y «Severino Aznar».

Pero será a finales de los años 50 y sucesivos cuando se inicien las grandes actuaciones, y la intensa renovación de la tipología urbana existente. Y aunque en 1964 hay un intento de integrar el barrio en los planes de la ciudad y por parte del Ayuntamiento se redactaron los planes parciales de los polígonos, 22-23-24, tras su correspondiente exposición al público encontraron tal oposición que no fueron aprobados, perdiéndose la posibilidad de que la renovación del primitivo barrio de Delicias se hubiera llevado a cabo ordenadamente, o por lo menos, con menores densidades y mayores dotaciones. En lugar de esa ordenación, las típicas «parcelas» de viviendas unifamiliares se van sustituyendo por manzanas cerradas de viviendas colectivas y se asiste a un proceso de verticalización que unido a la reconversión de las industrias existentes en grandes bloques de viviendas, aumentaron considerablemente la capacidad residencial de este barrio que a finales de los 70 había sobrepasado los 100.000 h., con densidades que oscilaban entre las 1´8 h/Ha. del Parque de Palomar, a las 997 de la Parcelación Barcelona o las 996 de la Avenida de Madrid (pares).

Resultado del proceso descrito es la de un espacio urbano que al finalizar la década de los 70 se caracteriza por las altas densidades residenciales, la mala estructuración urbanística, incluso caótica en ocasiones y con carencias notables en espacios libres y dotaciones imprescindibles, que han obligado en los últimos años, sin frenar el crecimiento ( en 1991 cuenta con 111.751 h. y en 1996 con 111.915 h.), a importantes remodelaciones y a paliar esas carencias, con el incremento de centros educativos y sanitarios, y a la apertura de los parques de Delicias y la Sedetania, que unidos al del Castillo de Palomar, han incrementado los espacios verdes.

Entre las actuaciones más recientes hay que destacar, por su importancia, la apertura de Vía Univérsitas y Paseo de Calanda, que con la prolongación de Duquesa Villahermosa, han facilitado la circulación interior y abierto el barrio a las vías y centros neurálgicos de la ciudad.

 

Por Jose Sancho Martí

Catedrático de Geografía e Historia del IES «Félix de Azara»