Después del agitado fin de curso, de exámenes, cansancio y con mucha ilusión salimos rumbo a Barcelona. El calor húmedo típico de la Barcelona en verano era sofocante. Comimos y nos dirigimos a la playa del estadio olímpico pasando por la casa Milá y Batlló, obras de Gaudí que no podíamos dejar escapar.
Con motivo de fin de curso fuimos de viaje de estudios a Barcelona por dos días. Salimos el jueves muy temprano de Zaragoza para llegar directamente (tras hacer una parada para almorzar) al parque de atracciones de Barcelona llamado ´´Tibidabo´.
El Tibidabo está dividido en cinco o seis niveles donde había varias atracciones como autos de choque, atracciones de agua, montañas rusas… por cada nivel, estuvimos desde las 11 hasta las 17 en el parque donde también comimos, fue una estancia muy plácida ya que nos lo pasamos todos muy bien y supimos aprovechar el rato que teníamos disponible para montarnos en todo o casi todo.
Después del parque de atracciones fuimos directos al hotel, donde cada uno estuvimos con nuestros respectivos compañeros en la habitación, preparándonos para bajar a cenar a un restaurante que había al lado del hotel, allí nos recibieron y nos sirvieron amablemente y comimos muy bien. Tras la cena volvimos al hotel y nos recogimos en las habitaciones, teníamos que dormir algo ya que a la mañana siguiente empezamos desayunando exquisitamente y dejando el hotel para después salir a visitar algo de Barcelona, fuimos con el autobús hasta la Sagrada Familia uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad que aún estaba en proceso de construcción , después de visitar desde fuera la Sagrada Familia fuimos hacia el puerto y a recorrer la calle principal de Barcelona llamada la Rambla, una larga calle llena de tiendas de recuerdos. Tras recorrer las Ramblas fuimos a la catedral, al Barrio Gótico de Barcelona donde tuvimos un rato libre para ir a visitar o por si queríamos llevarnos algo de recuerdo. Después fuimos a comer a un restaurante situado cerca de la Sagrada Familia donde también nos sirvieron muy bien y comimos bastante bien entre toda la variedad de platos e incluso nos felicitaron por nuestro buen comportamiento.
Después de comer fuimos a la playa a pasar la tarde, tuvimos mucha suerte ya que hacía muy buen tiempo y el agua no estaba muy fría, pero después de pasar un buen rato en la playa, nos tuvimos que despedir de Barcelona ya que debíamos volver a Zaragoza, parando a medio camino para cenar, llegando a las 11 de la noche a la puerta del instituto, donde nuestros padres nos esperaban.
Fue un viaje muy divertido donde nos lo pasamos muy bien todos y por supuesto ¡Nos gustaría repetirlo!